lunes, 26 de diciembre de 2011

De aquellos Dinosaurios que aún seguían ahí cuando nos despertamos, o de las burradas de Peña Nieto (I)

Y he vuelto, luego de una larga ausencia debido a la elaboración de mi proyecto mecatrónico, y la redacción de su respectiva tesina, el bloguero pródigo regresa para escombrar este congal.
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Vaya que han ocurrido acontecimientos interesantes durante mi ausencia ¿No es verdad? Y lo que hace interesante a estos acontecimientos es que en todos ellos se encuentra involucrado el mismo personaje. Ustedes ya saben a quien me refiero.
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Efectivamente. Estoy hablando nada más y nada menos que del ex gobernador del Estado de México, y actualmente candidato del PRI por la presidencia de la República en las elecciones del próximo año, Enrique Peña Nieto.
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Quizá muchos valemadristas, distraídos y advenedizos se pregunten ¿Por qué la gente se ha burlado tanto de Enrique Peña Nieto en estos días? Verán, la cosa esta así. Durante la Feria Internacional del Libro del presente año, que se lleva a cabo en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, el señor Peña Nieto fue a presentar un libro de su presunta autoría, de título "México, La Gran Esperanza". Comienza la rueda de prensa y todo iba de maravilla para el sujeto que encabeza las encuestas, hasta el instante en que un periodista le preguntó cuales fueron los tres libros que habían marcado su vida, tanto en el ámbito político así como en su vida personal. ¿Y que fue lo que ocurrió? Dejemos que los hechos hablen por si mismos:
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¿Han oído ese dicho que dice que todo lo que ocurre en esta vida tiene alguna referencia en Los Simpson? Pues este hecho tiene, de hecho, un precedente en Los Simpson ¿No me creen? Bueno, he aquí la evidencia:
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Al menos Homero admite que es un zafio…
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Pero bueno, adoptando una actitud un poco más seria ¿Qué es lo que esta mal de toda esta situación? Cuando Peña Nieto tiene que dar una respuesta a una pregunta bastante concreta, simplemente no pudo hilar sus pensamientos y dar una respuesta coherente. Comenzó diciendo que la Biblia (a huevo, ya que en un país con mayoría católica, decir que lees la Biblia te posiciona como una persona de muchos valores, aun cuando una gran parte de esa población católica no se ha tomado la molestia de agarrar y leer de cabo a rabo el libraco este) para después continuar con “La Silla del Águila”, eso si, confundiendo al autor de esta obra, Carlos Fuentes, con el pesado de Enrique Krauze en el proceso. Finalmente remató su debraye de una manera inentendible.
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Esto deja bastante mal parado al aspirante a la presidencia en particular y a todo su partido en general, ya que pone en evidencia lo que muchos hemos venido diciendo durante años. Peña Nieto es un personaje incapaz de reaccionar a situaciones no controladas, a preguntas incómodas. Ya había quedado esto en evidencia antes, en la entrevista que le hizo Jorge Ramos hace ya algunos ayeres en Univisión (hogar de abominaciones como el show de Don Francisco), cuando balbuceó porque no se acordaba de las causas de la muerte de su primera esposa, Mónica Pretelleni.
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El resbalón de Peña Nieto en la FIL solo reafirma su nula capacidad de reacción, y pone en evidencia más que nunca que se trata de un personaje construido por y para los medios, con una personalidad generada por los asesores de imagen, y que responde solamente a un libreto previamente escrito. Y es que digo ¿Con que desfachatez pretende ir a una feria de LIBROS, a presentar un LIBRO, y no se le pudo ocurrir que le irían a preguntar de LIBROS?
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Pero su verdadero rostro aparece precisamente en esta clase de situaciones: es un hombre con poco talento (y de paso poco cerebro) para dar un discurso coherente en una situación que se ha salido de las manos de sus “managers”. Como consecuencia de lo anterior, se puede inferir que Peña Nieto no es un hombre intelectualmente preparado para ser Presidente del País. Una persona con la suficiente preparación intelectual podría adaptarse rápidamente a situaciones que se salen del guión, y de hecho, esa es una de las principales cualidades que debe tener cualquier cabrón que pretenda convertirse en gobernante, pues las condiciones de una comunidad (llámese vecindad, pueblito, ciudad o país) son cambiantes y muchas veces dependen de factores inesperados (pero no aleatorios). ¿Cómo confiarle entonces el país a alguien que no puede reaccionar ante una simple pregunta porque no está preparado para enfrentar a circunstancias que están fuera del libreto redactado por sus “coaches”?
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Lamentablemente este tipo de situaciones reflejan que nuestro México lindo y querido es un país en el que los lectores somos pocos. Para una parte importante de los mexicanos, la lectura no es importante, y por eso, no son capaces de abstraer la importancia de tener a un presidente que tenga como hábito leer. Ya antes el pueblo (yo no porque en ese entonces no tenia credencial del IFE) ha votado por un iletrado soperútano como Fox, ¿por qué no habría de hacerlo de nuevo, ahora por uno que además está carita y tiene la "imagen perfecta de un Presidente"(sic.)?
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Sin embargo, aunque en los medios oficiales, es decir, Televisa, no se hizo mención en su momento de el incidente ocurrido en la FIL, en el Internet, el Ágora Global la noticia corrió más rápido que Flash hacia un baño luego de comer en la calle. Y por supuesto, el escarnio por parte del público no se hizo esperar. Tenemos por ejemplo la comparación entre Peña Nieto y Homero Simpson que mostre al inicio de este post, o esta caricatura de los irreverentes hermanos Riva Palacio:
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Y claro, no podemos olvidarnos de los chistes gráficos al estilo de los spots de las librerías Gandhi.
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Y claro que ha habido chistes un poquitín más ojetes que otros...
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¡Que libros de matemáticas ni que la chingada!
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Ahora usemos algo de conciencia histórica. El PRI, a lo largo de sus más de 80 años de historia, siempre ha sustentado su éxito electoral en la falta de interés de la mayoría de los mexicanos hacia el conocimiento, por ende, es muy posible que lo sucedido con Peña Nieto el fin de semana pasado, no les preocupe. Pero también es un hecho que cada vez somos más los mexicanos que no queremos que Enrique Peña Nieto o similares lleguen a ser Presidentes. No solamente porque hemos pagado las consecuencias de tener a personajes poco capaces de ser gobernantes dirigiendo a los destinos de la nación (y de hecho lo seguimos pagando, si no, pregúntele a cualquiera de los más de 50 mil muertos de la guerra contra el narco), sino porque es cada vez más evidente que Peña Nieto solo es el instrumento por el tendrán acceso al poder personajes intelectualmente más capaces, pero listos para servir a sus propios intereses. Como por ejemplo El-que-no-debe-ser-nombrado, y obviamente no me refiero a este:
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Sino a este:
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Para que este país salga de jodido, necesitamos líderes con una formación intelectual sólida, lectores, educados, cultos y que pongan esa preparación al servicio de la población más necesitada. Valdría la pena entonces en insistir para que lo acontecido en la FIL con Enrique Peña Nieto no se quede solamente en lo chusco, lo ridículo. Es importante exponer lo grave de tener a alguien con las características de Peña Nieto en la presidencia de la República, más aún ante la compleja situación que se vive hoy en el país y en un contexto internacional cada vez más inestable. Pero para poder discernir en estas cuestiones necesitamos tres cosas muy importantes. La primera, conciencia histórica, la segunda, sentido crítico, y la tercera, las ganas de organizarnos y levantarnos, como ha pasado en Medio Oriente, España, Wall Street, La Revolución Global pues.
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Esperen la próxima edición de este su blog favorito, que aún hay mucho que abordar sobre este tema.
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Sir David von Templo, Cambio y fuera.